Es la persona que se desempeña como responsable de hacer que todas las partes de una campaña se integren oportunamente en el tiempo y en el espacio. Su tarea es llevar a la práctica el plan de la campaña de acuerdo con los tiempos establecidos, en los frentes escogidos y con los recursos previstos. De él depende el equipo de la campaña y es quien supervisa y controla sus actividades. Es también el principal enlace con las otras campañas del mismo partido, con los dirigentes de éste, con los consultores, especialistas y otras personas y grupos que sin pertenecer al equipo, son importantes para el desarrollo eficaz de la campaña.
Aunque teóricamente el candidato es responsable de todas o la mayoría de las decisiones, el director lo libera de los detalles de la campaña y de su administración, de modo que el candidato pueda dedicar la mayor parte de su tiempo al contacto con los electores.
El papel del director varía de una a otra campaña. La importancia del director depende del nivel de la campaña y de lo reñido de la elección, ya que una buena dirección se considera que puede redituar un 10% de la votación total, suficiente para decidir el triunfo a favor.
Idealmente, el coordinador de la campaña debe ser un individuo altamente calificado, inteligente, negociador, un administrador de primera, políticamente astuto, hábil para manejar y motivar a cientos de voluntarios, leal y confiable para el candidato, capaz de funcionar como su alter ego: Es conveniente que cuente con la confianza y confidencialidad del candidato para pueda decirle si está equivocado en algo.