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El cabestro es buey manso que, por lo común, lleva cencerro y sirve de guía en las toradas. Así en la política, se denomina a una división electoral que históricamente vota por el partido ganador. También se nombra así, a quien se desempeña como señuelo y cuya nominación está proyectada para dividir el voto.
Lanzar cabestros es una estrategia utilizada en las elecciones para confundir y restar votos a un candidato de la oposición, ya que el triunfo electoral de un candidato se logra no sólo por ganar más votos, sino también porque los otros candidatos tengan aun menos votos que aquel. Asimismo, se usan los cabestros, con similares efectos, para impedir que dos o más partidos apoyen una candidatura común que podría derrotar al partido en el gobierno.
Antes del uso de encuestas, en las elecciones primarias, el cabestro se lanzaba para generar apoyo, que si era importante lo transfería a otro precandidato, cuando éste anunciaba que participaría en las elecciones primarias; si el apoyo no se generaba ambos se retiraban. Se trataba de proteger así de una posible derrota preelectoral a una figura política consagrada.
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