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COGNICIONES Y AFECTOS
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Las cogniciones son las creencias, opiniones, y conocimientos que tienen las personas acerca del sistema político y de cómo opera; es lo que la gente sabe o piensa que sabe de la política, la Constitución, el gobierno, etc. En contraste, los afectos se refieren a los sentimientos, a las emociones, a qué sienten las personas acerca de los mismos. Las cogniciones y los afectos son una parte de la orientación política de la gente y se forman mediante la socialización política; se aprenden y no corresponden necesariamente a la realidad. Personas dentro de una misma sociedad pueden tener cogniciones y afectos diferentes y aun conflictivos. Unos creerán que tienen el mejor sistema de gobierno y se sentirán identificados positivamente con sus gobernantes. Otros pensarán que los políticos sólo les sacan provecho y sentirán gran aversión a todo lo que venga del gobierno.
Las cogniciones y afectos influyen la manera como los personas se comportan políticamente. Por ejemplo, la gente que percibe que sus acciones son importantes y pueden tener un impacto en el funcionamiento del sistema político es muy probable que sean participantes políticos activos. Votarán, se unirán a los grupos de interés, trabajarán en campañas políticas, y posiblemente, se nominarán para los puestos de elección popular. En cambio, las personas enajenadas políticamente, que creen que no pueden tener algún impacto en el sistema, son los que probablemente menos participarán. De igual modo, quienes piensan que su representante en el Congreso puede ayudarlos a resolver sus problemas con el gobierno, probablemente acudirán con ese representante y viceversa. Las cogniciones que alientan la participación política son de gran importancia para el mantenimiento de un sistema político democrático, porque la democracia depende de las participación popular, por lo menos en las elecciones.
Por otra parte, los afectos son influencias importantes a favor de la estabilidad política de un país. Si la gente tiene sentimientos positivos acerca de sus instituciones políticas tenderá a apoyarlas y reconocerá el derecho de los políticos a tomar decisiones, aunque éstas no les agraden. En contraste, los sentimientos negativos crean oposición, aun cuando alguna política gubernamental signifique alguna ventaja para quien está en contra. Por eso, los gobiernos que agradan a la gente y son aceptados por ella, tienen mayores márgenes de acción y tienden a ser más estables. Así. el apoyo hacia un sistema político, no resulta sólo de una evaluación objetiva del mismo, sino de sentimientos inculcados a la gente durante las primeras etapas de su vida.
Las cogniciones y afectos de los electores influyen en la manera como reciben los mensajes de la campaña, en el grado de su participación en las elecciones y en el sentido de su voto o de su abstención. ' |
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