Establece que el impacto fundamental de las campañas electorales es reforzar, cristalizar o activar las lealtades de largo plazo de los electores, por lo que son relativamente ineficaces para ganar a quienes ya son partidarios o adherentes de candidatos opositores. Señala que la conversión potencial de los electores es progresivamente reducida por el conjunto de condiciones personales, sociales, políticas, de comunicación, etc., en el cual tiene lugar el esfuerzo de persuasión, de modo que tiende a minimizar la probabilidad de una respuesta disyuntiva, en relación a las inclinaciones previas.
La ley fue planteada por Kurt y Gladys Lang en su libro "Voting and Novoting".
Para Dan Nimmo, la ley no restringe la influencia de las campañas porque éstas no tienen como propósito cambiar actitudes sino provocar cambios perceptuales.