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CANDIDATO, REPERTORIO DEL COMPORTAMIENTO NO VERBAL DEL |
| Una clasificación útil para diseñar el repertorio del comportamiento no-verbal ha sido sugerido por los autores americanos Paul Ekman y Wallace V. Friesen en "El repertorio del comportamiento no verbal: categorías, orígenes, usos y códigos", en Semiótica 1 (1969). Sus cinco categorías de movimientos no-verbales son: emblemas, ilustradores, despliegues de afectividad, reguladores y adaptadores. Los emblemas son conductas no-verbales que sugieren directamente palabras específicas o frases, normalmente sin un acompañamiento vocal, como poner el índice sobre la boca para pedir silencio. Los emblemas son atajos de comunicación útiles de muchas maneras, sobre todo cuando la comunicación verbal es difícil o impropia, por ejemplo cuando una persona pide un "aventón" en la carretera. Los ilustradores acompañan y refuerzan los mensajes verbales, como inclinar la cabeza, sonreír favorablemente, esbozar algo en el aire con el dedo o la mano, que dan énfasis o claridad a un punto. Los despliegues de afectividad son movimientos de la cara y el cuerpo que tienen un significado emocional: desilusión, rabia, felicidad, esperanza, susto, etc., de hecho el lenguaje de todo el cuerpo constituye un despliegue de afectividad. Los reguladores son acciones no-verbales que siguen y controlan la comunicación con otros individuos. Pueden tomar la forma de un estímulo para que la otra persona siga conversando, explique más ampliamente, hable más rápido, aminore su velocidad, o se detenga en un punto. Al efecto se usan inclinaciones de la cabeza, sonrisas, gruñidos, "ajas"movimientos de la mirada, parpadeos, guiños, arrugar los labios, etc. Igualmente se pueden emplear reguladores en un sentido negativo, de modo que el comportamiento no-verbal sirva para disuadir a la otra persona de conversar. Los adaptadores son generalmente comportamientos habituales que se usan para hacer sentir mas cómoda a una persona en las interacciones de la comunicación: trenzar el pelo, rascarse, acariciar (el pelo, la barbilla, etc.) retorcer las manos, cambiar el anillo de dedo, mover nerviosamente la joyería, jugar con fósforos, son acciones mucho más privadas que públicas y que probablemente sufren algunas modificaciones cuando las acciones privadas se extienden al dominio público. Los candidatos, como figuras públicas que han sido siempre y hoy expuestos al escrutinio absoluto de la televisión, requieren de manejar adecuadamente su repertorio de comportamiento no verbal, de un modo que sea congruente con el mensaje y la imagen que intentan comunicar a los grupos de electores de los cuales dependerá su triunfo. |