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COMPETITIVIDAD
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De acuerdo con Sartori (Partidos y Sistemas de Partidos), es un estado concreto del juego político. La competencia es una estructura o una regla de ese juego y la competitividad es una cualidad de la competencia. De modo que un sistema de partido predominante puede seguir las normas de la competencia, pero dar muestras de escasa competitividad. En contraste, la competencia es competitiva cuando dos o más partidos consiguen resultados aproximados y ganan por estrechos márgenes. Es decir, "un choque feroz en las elecciones demuestra que las normas de la competencia funcionan plenamente, pero los resultados son lo único que demuestra hasta qué punto es competitivo un sistema dado, en el sentido de acercarse a una distribución casi igual de fuerzas entre los partidos principales".
La competencia incluye la competitividad como algo potencial, "la competencia es igual a, y se puede definir como, competitividad potencial. A la inversa, la competitividad presupone la competencia y es algo que se debe medir en resultados, conforme a su eficacia; así, la competitividad es una de las propiedades o de los atributos de la competencia".
Los principios de las elecciones competitivas son:
A. Libertad para postular candidaturas, que todos los grupos puedan formar partidos y presentarse en las elecciones;
B. presencia de competencia electoral, que haya más de un partido con posibilidades de triunfo;
C. igualdad de oportunidades para partidos y candidatos en cuanto a fondos, acceso a medios masivos, etc.;
D. libertad para votar sin coerción, antes y el día de la elección;
E. sistemas eficaces contra el fraude electoral;
F. un sistema electoral democrático que permita la traducción adecuada de los votos en asientos parlamentarios;
G. legitimación periódica de los líderes políticos mediante elecciones democráticas, libres y justas; y
H. que las elecciones determinen realmente quienes ejercerán el poder político, que los votos decidan quien gobernará.
Se considera que la competitividad influye en que el interés de los electores sea mejor atendido dado "el principio de las reacciones previstas": los elegidos son cotidianamente condicionados por la expectativa de cómo reaccionarán sus electores ante las decisiones que tomen, o bien ante la posibilidad de que un nuevo partido gane sus lealtades; luego entonces, la lucha competitiva produce sensibilidad (responsiveness), receptividad o respuesta a esas reacciones previstas. De esta manera, cobra fuerza la idea de la democracia como un mecanismo que genera una poliarquía abierta, cuya competitividad en el "mercado" electoral atribuye poder al pueblo y, específicamente, impone la respuesta de los elegidos frente a sus electores.
La competitividad puede medirse por la proximidad entre los resultados electorales (escaso margen de victoria) o por la frecuencia con que se suceden los partidos en el poder.
En México, para Lujambio (El Poder Compartido), la reforma política de 1977 posibilitó la ampliación del sistema de actores en competencia (con el registro de partidos anteriormente marginados de la vida institucional, notoriamente el Partido Comunista Mexicano). Por otra parte, el sistema electoral mixto, con un componente creciente de representación proporcional ha favorecido la competitividad mexicana del "mercado" electoral. En el presente siglo, la competitividad parece incrementarse aun en las elecciones locales, ya que el margen de la victoria (la diferencia entre el ganador y quien le sigue en número de votos) frecuentemente es menor al 10%. |
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