Posición política extremista que en la práctica política intenta la realización plena o al máximo de una ideología o programa sin concesiones tácticas a la realidad política para hacer más viable a largo plazo la realización de esa ideología o programa .
Se originó en Rusia, en una ala que se formó del Partido Social-revolucionario en 1905 y que reclamaba la socialización inmediata e integral de la agricultura y la industria, sin tener en cuenta la etapa concreta de la Revolución. En sus orígenes el maximalismo rechazaba toda posibilidad de mediación o de compromiso con otras fuerzas políticas. El nombre proviene de que se manifestaban partidarios del llamado programa máximo cuyo objetivo final era la socialización de los medios productivos, en contraste con un programa mínimo que contemplaba medidas políticas, legislativas y administrativas, que apoyaban los gradualistas.
Hoy el término es sinónimo de intransigencia ideológica y de rigidez en la lucha política tanto de la izquierda como de la derecha política. Tiene una connotación negativa que denuncia una acción política carente de resultados concretos y puramente demostrativa hasta el punto de provocar escisiones.
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