Es el proceso mediante el cual se estimula a la gente que comparte determinados intereses a involucrarse en el sistema político más allá de esos intereses, ya sea individualmente o por medio de organizaciones. Los partidos políticos tratan de movilizar a la gente para que asista a los actos que organiza, participe en los debates y vote por sus candidatos; los grupos de interés se esfuerzan por reclutar nuevos miembros o hacer que la gente apoye sus posiciones; los candidatos buscan voluntarios para que trabajen en las campañas y voten por ellos. Los movimientos feministas, de los derechos humanos, ecologistas y otros similares, han dependido de la movilización de personas antes inactivas. Así, la movilización política realmente significa estimular a la gente para que participe políticamente. Hoy, la política tiene como uno de sus elementos fundamentales la movilización del mayor número de ciudadanos a favor de las causas que persiguen los distintos grupos políticos organizados.

El término es de origen militar; movilización era el proceso de preparación de la población para sostener una guerra. Asimismo, se convocaba a la movilización general o total para mostrar al enemigo la voluntad popular de sostener la lucha hasta obtener la victoria.

La movilización se diferencia de la participación política en que es auspiciada desde arriba por la dirección de los grupos políticos para aumentar su potencial de fuerza, en tanto que la participación surge de la base de manera espontánea.

En regímenes autoritarios o sociedades de masas no democráticas, la movilización política se da en forma coercitiva como los acarreos en las votaciones, la afiliación partidista forzosa, la asistencia obligatoria a los mítines, etc.

Durante las elecciones los partidos y candidatos se esfuerzan por movilizar a los electores para que acudan a las urnas a votar por ellos. Desde esta perspectiva, las campañas electorales exitosas son un proceso constante de movilización creciente de electores que semejan el movimiento ondulatorio que produce una piedra al caer en el agua, que a partir del primer impacto se va extendiendo mediante ondas sucesivas cada vez más amplias