También llamada muchedumbre y multitud, es un conjunto de personas que forman un grupo unido transitoriamente por un estímulo emocional y que constituye un ente distinto a los individuos que lo integran, tiene sus propias características y se rige por sus propias leyes, lo cual explica su conducta, con frecuencia violenta e irreflexiva.
La preocupación por las masas es tan antigua como la preocupación por la democracia, pero el término tomó una forma clara a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX con Tocqueville quien en 1835 escribió acerca del dominio que ejerce la mayoría en su libro: "La democracia en América" donde define a la masa como un agente político peligrosamente activo. El surgimiento en esa época de grandes movimientos populares que iniciaron su ascensión histórica dieron pié a que más tarde, otros autores escribieran al respecto como Gustavo Le Bon, quien en 1895 publicó: " La psicología de las multitudes ". De acuerdo con este autor, la muchedumbre posee un alma propia que por su naturaleza es objeto de estudio, ya que los hombres reunidos en multitud son distintos en sus sensibilidades, reacciones y actos de lo que serían individualmente. Más tarde en 1930, José Ortega y Gasset saca a la luz , su obra: " La rebelión de las masas ", donde al igual que Le Bon les da una connotación negativa: es la multitud incolora, opaca, indistinta, de hombres medios, producto de la técnica y la democracia liberal.
El concepto de masa tuvo un carácter peyorativo y se insistió en sus elementos negativos como la vulgaridad, la tendencia a la criminalidad, la irresponsabilidad, la inestabilidad política y la pasividad inerte.
En otra perspectiva, Marx utilizó este vocablo en referencia a la colectividad que se opone al capitalismo en sus distintas manifestaciones de poder, como la masa campesina, las masas explotadas o las masas populares, quienes debían asumir el papel de agentes de cambio histórico y sujetos de la nueva sociedad, emergiendo de la ruinas de la sociedad burguesa.
Sigmund Freud también, en su libro "Psicología de las Masas" señala que la multitud absorbe al individuo, arrasa su originalidad, su inteligencia, su racionalidad, sus valores morales y le libera de sus limitaciones físicas. Una sensación todopoderosa invade su ánimo, el individuo experimenta una gran sensación de poder que lo hace entregarse a sus pasiones. La masa es intolerante, impulsiva y voluble y como su nivel de reflexión es mínimo y sus actitudes son extremas, se coloca a merced del agitador y es altamente influenciable y fácilmente se desencadena el mecanismo de la imitación y del contagio para que la masa empiece a actuar, de tal suerte que aun personas de alta calidad intelectual y ética pueden cometer actos de vandalismo en el seno de una multitud enardecida.
Asimismo, Burckhardt y Nietzsche teniendo como referente más el ascenso de las clases medias que el del proletariado, descubren en las masas la expresión de la declinación de la civilización europea, el triunfo de la mediocridad, la afirmación del egoísmo y de la estrechez de horizontes culturales y políticos de los individuos más irresponsables e ineptos.
Así, a través del tiempo el término masa ha tenido principalmente tres connotaciones: como el conjunto de las clases gobernadas, como la clase media o pequeña burguesía distinta de la clase gobernante y como multitud físicamente concentrada en un espacio limitado o copresente a causa de estímulos o pulsiones compartidas. Es en este último sentido, que desde el punto de vista sociológico, la masa está formada por personas políticamente pasivas, en condiciones de dependencia objetiva respecto de las instituciones sociales ( políticas, económicas y militares ) y por tanto, fuertemente sensibles a su influencia, incapaces de organizarse y de expresar una voluntad propia.
Para que exista una masa debe darse una colectividad de gente con cierto grado de homogeneidad, sometida a la acción de determinados factores (desempleo, opresión, explotación) que le dan cohesión y potencian los aspectos emocionales (indignación, esperanza).
Algunos psicólogos sociales hablan de las siguientes categorías de masas:
a) Disgregadas, son las que coinciden en un lugar pero sin que exista una interacción entre sus miembros, como la de los usuarios de un servicio público, los que asisten a un evento deportivo y de hecho no constituyen una masa política, salvo que se presente algún estímulo que desencadene su acción.
b) Congregada, que se reúne en un lugar y momento determinado para un fin político, hay en ella una fuerte motivación, homogeneidad e interacción entre sus miembros. Se le considera la definición más precisa de masa.
c) Difusa, son las comunidades que tienen intereses comunes concretos sin que estén físicamente reunidos como pueden ser los partidarios de algún candidato, quienes están pendientes de los acontecimientos de su campaña, por medio de los medios masivos. Algunos autores no consideran a esta categoría como una masa, sino la llaman comunidad porque argumentan que una característica de la masa es que deben estar físicamente concentradas en un mismo lugar.
Las masas pueden caracterizarse por su modo de formación (espontáneas o activadas), grado de organización y duración, grado de complejidad (diferenciación interna), apertura o cerramiento, grado de visibilidad, dominante afectiva (estímulo que integra y orienta a la masa), composición (homogénea o heterogénea), función a la que contribuye y ritmo de acción.
Hasta la aparición y proliferación de los medios de comunicación masiva, los actos de masa, los mítines, eran el corazón de las campañas políticas; lo siguen siendo cuando el electorado es pequeño, y tradicionalmente, han servido para simbolizar el arranque y el cierre de toda campaña.
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