Son inferencias sobre una persona, grupo o acontecimiento, basadas en características generales y simplificadas, incluso por información recibida de terceras personas, a menudo falsas o carentes de fundamento. Cuando estas creencias no concuerdan con las opiniones preestablecidas, los hechos tienden a negarse. Son también la base de los prejuicios y la justificación de las actitudes positivas o negativas. Aseveraciones como: los mexicanos son flojos, las clases altas son muy educadas y refinadas, la iniciativa privada es eficiente o el gobierno es inepto, son ejemplos de estereotipos.
Son una forma extrema de tipificación que tiene tres características:
a) Las personas identifican una categoría de individuos de acuerdo a ciertos atributos.
b) Las personas coinciden en atribuir un conjunto de rasgos a las categorías de personas.
c) Se atribuye ese conjunto de rasgos a cualquier persona que pertenezca a esa categoría.
Las personas a través de estos mecanismos evalúan, en forma de generalizaciones, a todos los miembros de un grupo social y opinan acerca de la forma de ser y de actuar de los habitantes de otras regiones, clases sociales, etnias, grupos religiosos, partidos políticos, o a procesos políticos como las campañas electorales, etc.
Los estereotipos explican la discriminación y juegan un papel importante en la opresión social que puede estar basada en el nivel socioeconómico, apariencia física, edad o género, ocupación u otras características y pueden ejercer influencia sobre las preferencias electorales y el comportamiento político.
Se considera que los medios masivos de información contribuyen a crear y mantener los estereotipos sociales al exagerar y dramatizar los acontecimientos a fin de crear noticias que despierten el interés del público. Asimismo, la compleja vida social nos exige juzgar rápidamente a los demás para saber si podemos o no confiar en ellos, por lo que es útil echar mano de datos elementales ya que tratar a cada persona como individuo resulta difícil.
La palabra estereotipo se deriva del griego y fue utilizada a finales del Siglo XVIII para designar la plancha metálica del molde o tipo de impresión que reproduce copias idénticas. El concepto actual fue desarrollado por Walter Lippman, periodista norteamericano en su obra " Opinión pública" (1922). Tiene usualmente un sentido peyorativo y se refiere a las creencias y suposiciones acerca de algunas personas o grupos a los cuales se les clasifica en categorías y se les atribuyen características de personalidad o comportamientos uniformes. Estereotipar es encajonar a las personas o instituciones en un reducido espacio que no admite más que un pequeño ajuste o cambio, es una valoración injusta si se aplica por rutina a todos los miembros de una sociedad.
La apariencia persona puede formar parte de algún estereotipo, en determinada comunidad o región, Por ejemplo, en la Universidad de Nevada se realizó una investigación que consistía en ofrecer la descripción de dos personas diferentes y se les pidió a los sujetos que se imaginaran los rostros que creían que tendrían las personas descritas. Los resultados mostraron que en 25 rasgos faciales, las personas se imaginaban distintas. Algunas características diferenciadas fueron:
Sujeto A: cariñoso y honrado, con sentido del humor e inteligente. No se deja llevar fácilmente por las opiniones de los demás, formal y con seguridad en sí mismo, refinado.
Sujeto B: despiadado y brutal, agresivo, explosivo y dominante. Conocido por su vulgaridad y maneras burdas. Antipático.
Rasgo |
Sujeto A |
Sujeto B |
Dirección de la mirada |
Directa |
Desviada |
Mirada hacia arriba o hacia abajo |
Arriba |
Abajo |
Ojos |
Abiertos |
Entrecerrados |
Frente |
Relajada |
Fruncida |
Aletas de la nariz |
Relajadas |
Distendidas |
Curvatura de la boca |
Hacia arriba |
Hacia abajo |
En otro experimento se encontró que los hombres opinaban que las mujeres atractivas eran capaces, sociables y seguras de sí mismas, y las feas como poco sociables, serias y torpes.
Esto confirma que con mucha facilidad las personas crean patrones perceptuales que les permiten interpretar las características de los demás.
Una técnica de la propaganda consiste en "estereotipar" a los adversarios, es decir, crear una forma estática, permanente e invariable para describirlos, ya sea por su carácter, cualidades mentales o características físicas, las cuales, usualmente son exageradas.
Es frecuente que en las campañas se aprovechen los estereotipos existentes en el electorado a favor del candidato propio y en contra de los opositores. Por ejemplo, los estereotipos acerca de la edad (el joven es vigoroso, el viejo experimentado) y el género (el hombre es racional, la mujer emotiva) son constantemente empleados en los mensajes, imágenes y slogans de los candidatos. En 1997 el Partido Verde Ecologista llegó al extremo absurdo de usar el slogan "No votes por un político, vota por un ecologista" para usufructuar el estereotipo de que todos los políticos son corruptos. |