Se refiere a la idea de que las decisiones de los votantes están fuertemente determinadas por las cuestiones políticas que se debaten en una elección. Antes de las encuestas, la mayoría de los escritores que se ocupaban de la democracia supusieron que el voto conforme a las cuestiones políticas era la norma que privaba en las elecciones democráticas.
Pero las primeras encuestas acerca de los factores determinantes del voto revelaron un cuadro muy diferente, ya que descubrieron que los hábitos y la identificación con un partido político jugaban papeles principales, y que las cuestiones políticas casi ninguno; que la mayoría de votantes no sabían absolutamente nada acerca de muchas de las cuestiones discutidas por políticos y periodistas durante las elecciones.
Sin embargo, desde finales de los sesenta, el voto por cuestiones ha resurgido debido, en parte, a la influencia de la teoría de la decisión racional en los estudios electorales, y en parte, al reconocimiento de que en los Estados Unidos de los cincuenta (cuando se hicieron la mayoría de las encuestas que hicieron surgir la escuela de la identificación de partido) había una actividad política excepcionalmente suave y consensual. Pero cuando las cuestiones políticas se ciñen a los asuntos que son relevantes para el electorado, el voto por cuestiones juega realmente un papel preponderante en una elección típica. Incluso existen electores que tienen tanto interés en una sola cuestión que únicamente basan su voto en la posición que los candidatos sostienen en la misma, por ejemplo, a favor o en contra del aborto.
Una cuestión determina el voto cuando: 1. Los electores están informados e interesados acerca de la cuestión. 2. Los candidatos toman posiciones distinguibles acerca de esa cuestión. 3. Los electores perciben cómo se coloca el candidato en relación a sus propios intereses.
Pero pierde importancia en los electores que tienden a proyectar sus propias posiciones personales acerca de alguna cuestión en sus candidatos preferidos, sin tomar en cuenta las posiciones reales de esos mismos candidatos. También, el voto por cuestiones se obstaculiza porque muchos candidatos tienden a evitar posiciones claras y radicales para no enemistarse con los grupos de electores que sostienen posiciones contrarias.
El voto por cuestiones se facilita al elector cuando un titular trata de reelegirse o un partido seguir en el poder. Es entonces cuando se puede juzgar el desempeño del titular o del partido al que pertenece, este es el voto retrospectivo o de castigo. Los electores deben, necesariamente, comparar los logros del gobierno con las promesas de la oposición, una comparación fragmentada ciertamente, pero de la que pueden estar conscientes la mayoría de los votantes.
El voto por cuestiones es aprovechado asimismo, por los grupos de interés que, mediante campaña paralelas, ayudan o atacan a los candidatos que sostienen sus mismas posiciones o las contrarias a sus intereses respectivamente.
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