Es el voto que se emite conforme a las circunstancias de cada elección: principalmente candidatos, propuestas y campañas de los mismos, desempeño del gobierno, situación económica, etc., por lo que no es fiel a un determinado partido. En consecuencia, es un voto inestable, opuesto al voto duro (sufragado por quienes son militantes y simpatizantes permanentes de un partido), que puede cambiar de una elección a otra.
Este tipo de comportamiento electoral se explica, principalmente, porque el predominio del sector de servicios y la heterogeneidad y fragmentación de la clase trabajadora, han diversificado y especializado tanto los intereses, que una misma persona o grupo puede tener intereses distintos y hasta contradictorios según se trate de cuestiones políticas, económicas o sociales; en consecuencia, en la búsqueda de votos, los partidos disminuyen sus diferencias ideológicas y de clase para atraer a este electorado complejo y se vuelven poco diferenciados ante los votantes, a quienes así dejan de importarles los partidos; también, tiene que ver con el creciente uso de la televisión, que privilegia las personalidades de los candidatos sobre los partidos que los proponen; asimismo, el creciente proceso de despolitización de la época actual limita la participación política a las elecciones tiende a disminuir la identificación partidista y por lo tanto, el voto duro.
El hecho es que a nivel general se observa una declinación del voto duro, o partidista, y un crecimiento del voto blando u oscilante, dentro del cual caben otras formas de comportamiento electoral, como el voto diferenciado, el voto de castigo, el voto por las cuestiones (issues), etc.
El voto blando es el principal objetivo de las campañas electorales por su plasticidad, dado que puede ser persuadido o disuadido a lo largo del proceso electoral. Candidatos carismáticos, propuestas atractivas, propaganda impactante, campaña negativa inteligente, etc., pueden decidir el resultado de una elección, cuando el voto duro no es suficiente para otorgar claramente la victoria a priori a un determinado partido.
Su nombre obedece a que se usó primero en Australia en 1856. Fue adoptado en los Estados Unidos, debido a que durante más de un siglo la votación oral y mediante boletas coloreadas preparadas por los propios partidos había sido fuente de diversas presiones sobre los electores, ya que obligaban a hacer público el voto. A partir de 1888, el voto australiano se comenzó a usar en todos los estados y proporcionó a los votantes el derecho de votar por sus candidatos preferidos sin temor a represalias. Sus consecuencias fueron la reducción del control de los electores por los partidos, del fraude electoral y de los sobornos. Asimismo, estimuló el voto escindido, o sea que el elector votara por candidatos de diferentes partidos para diversos puestos y no por todos los de un mismo partido.
En la actualidad, las máquinas de votación son instrumentos que facilitan el voto secreto, ya que reducen las posibilidades de intimidación del elector, la compra de votos y el fraude electoral.
Como hoy en día el voto secreto es universal y las boletas son emitidas y manejadas por los órganos electorales, el término está en desuso.
|