La compra del sufragio presenta varias modalidades:
Pago en efectivo por el compromiso de votar por un partido o candidato específico
Promesa de bienes y servicios, o dotación de concesiones,
Ofrecimiento condicionado en el triunfo con respecto a la solución favorable de diversos problemas, y la realización de programas públicos de tipo social, etc.
La compra-venta del voto se hace más compleja cuando la retribución depende de la entrega a quien paga por una boleta en blanco, por lo que el ciudadano que vende su voto deberá de colocar en la urna la boleta marcada que le entrega el adquiriente, y después deberá dar al comprador la boleta en blanco que le fue entregada en la casilla. Para asegurar que cumpla su parte el elector comprado, se organizan las llamadas "cadenas".
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