Son dispositivos mecánicos o electrónicos para recibir la votación. La primera máquina data de 1869 y fue inventada en Estados Unidos por Thomas Alva Edison para grabar y contar los votos en el Congreso. En 1892, Myers diseño una máquina para uso público cuyo propósito era proteger al elector de las pillerías y hacer que el voto se expresara de manera clara, sencilla y secreta.
A partir de 1980, las máquinas para votar comenzaron a usar la tecnología de las computadoras para grabar, contar y enviar los resultados de la votación de modo más preciso y rápido. Las nuevas máquinas han ido reemplazando a las antiguas mecánicas.
Sin embargo, se les ha criticado porque no garantizan un voto secreto y seguro, dado que no dejan el rastro de papel de las boletas electorales, útil para verificar los resultados en elecciones muy competidas o sospechosas de fraude. Para algunos abren la puerta a un nuevo tipo de fraude: el "electrónico".
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