En términos absolutos, se define como la condición en que viven las personas que tienen un déficit de recursos económicos y culturales que les impide alcanzar y mantener un nivel de vida que satisfaga sus necesidades mínimas de subsistencia. La pobreza siempre presupone una desventaja y una posición social inferior, según algunos autores, la pobreza es la forma macroscópica de la desigualdad.

En forma relativa, la pobreza se considera como la escasez de recursos de una persona, grupo o población, en comparación con lo que posee la mayoría y dependiendo de cómo se haya definido al nivel adecuado de bienestar. Por ejemplo, en muchas partes del mundo, contar con un sistema de drenaje en la vivienda, es una señal de riqueza, pero en las sociedades más desarrolladas, sólo si no se tiene, es signo de pobreza.

Se ha considerado más adecuado definir la pobreza en términos relativos, porque las familias pueden tener lo mínimo para sobrevivir, pero no significa que sea suficiente para protegerse del clima o para adquirir algunos bienes duraderos como un televisor o refrigerador, cuya necesidad parecer ir en aumento, ni que sus ingresos les permitan participar en actividades sociales o recreativas, por lo que quedan excluidos de la vida social de la comunidad.

Algunos autores opinan que para lograr una subsistencia totalmente satisfactoria el individuo debe poder contar con los siguientes tipos de recursos :

1. Los necesarios para asegurar la máxima esperanza de vida de un individuo al nacer.
2. Para que la mayor parte del tiempo posible viva en condiciones de salud física y mental. Aquí se incluyen los costos para una alimentación suficiente y equilibrada, así como una vivienda higiénica.
3. Para poder desarrollar y en consecuencia aplicar, sus capacidades físicas y mentales. Se considera aquí la educación formal y el trabajo.
4. Acceso al disfrute de la cultura como el arte, los espectáculos, las tradiciones, etc. y a una porción de tiempo libre.

Asimismo, se han distinguido también varios niveles de pobreza:

a) Pobreza social, la cual supone una desigual situación económica y social, es decir, alguien que no sólo posee bajos ingresos y niveles de bienestar sino que además está en una condición de inferioridad, dependencia o explotación en relación a los demás miembros de la sociedad.
b) Indigencia o pauperismo, el estado de una persona que no puede trabajar o es incapaz de obtener, por medio de su trabajo, los medios para su subsistencia.

Por otra parte, se han tratado de medir los niveles de pobreza a través de información relevante, como el ingreso, el costo de la vida, el desempleo, los gastos de consumo y de vivienda. Sin embargo, no se ha encontrado aun la forma de cuantificar las consecuencias psicológicas de la misma, como son la inferioridad de derechos, la escasez de oportunidades y su status social tan bajo, así como los sentimientos de frustración, el resentimiento y el desamparo asociados a esta circunstancia.

La mayoría de las teorías acerca de la pobreza se enfocan en las características de los pobres, más que en las relaciones entre la pobreza y la gran acumulación de riqueza que existe en la mayor parte de las sociedades capitalistas.

La pobreza está relacionada con factores tales como el ingreso, la salud, la educación, el acceso a bienes y servicios, así como a otros factores socioculturales como el género y la etnia.

Así, aun cuando las causas de la pobreza han variado en el transcurso del tiempo, algunos investigadores han encontrado que los ingresos bajos e irregulares son una de las principales, pero en otros casos, se ha visto que el desempleo y la edad avanzada son más significativos. Otros autores afirman que factores adicionales son la pérdida de recursos y la presencia de enfermedades; que los grupos más afectados son los ancianos, los padres solteros, los enfermos terminales y discapacitados de ingresos bajos o desempleados. La mayoría de los individuos que se encuentran en esta situación, son mujeres, lo que ha conducido a hablar de la feminización de la pobreza.

Estos análisis indican que los principales determinantes de la pobreza son los factores económicos y estructurales y las situaciones sociales adversas, más que la indolencia o la holgazanería.

También se han elaborado algunas teorías para comprender este fenómeno. La neoliberal enfatiza el papel del mercado en la distribución de los recursos en función de las habilidades, talentos y motivaciones; argumenta que la pobreza es necesaria para proporcionar un sistema de incentivos al esfuerzo individual y que quienes caen en ese estado, es porque carecen de talentos y destrezas adecuadas. Esto no significa que ellos sean totalmente responsables, sino que son sus actitudes, creencias y conducta las que fallan. Sin embargo, el subsidio a los pobres puede interferir con el buen funcionamiento del mercado.

Asimismo, señala que lo que influye para condicionar una vida de pobreza, es el medio cultural que se caracteriza por una actitud fatalista, resignada e inactiva. Esto es la antítesis de lo que se necesita para el trabajo arduo, para trazarse metas y lograrlas. Estas reflexiones han conducido a pensar que existe una "cultura de la pobreza", conformada por actitudes negativas que tienden a transmitirse de una generación a otra. No obstante, los estudios empíricos de la vida de los pobres demuestran lo poco acertadas de esas visiones.

En contraste, la teoría marxista destaca el papel del capitalismo en la generación de la pobreza, al sustentarse en la explotación del trabajo, tanto a nivel nacional como internacional. Los dueños del capital, a fin de obtener grandes utilidades, requieren mano de obra barata, la cual consiguen con altos niveles de desempleo que les permiten pagar salarios muy bajos.

Esto significa que el nivel de pobreza depende de la naturaleza de la organización económica y del proceso de distribución de la riqueza y de sus beneficios en términos de bienestar social; situación que produce ventajas políticas y económicas a quienes detentan el poder, por lo cual les conviene más establecer políticas que incrementen y no que disminuyan la desigualdad y la pobreza.

Durante mucho tiempo la pobreza se vio como algo natural, como una condición normal de algunos sectores de la población. El capitalismo liberal de principios del siglo pasado, dejó la solución al propio sistema de mercado que absorbería a los más capacitados y dejaría el resto a sus propias posibilidades, a la ayuda mutua y a la caridad y reservaría el apoyo de la asistencia publica sólo para las situaciones de emergencia extrema.

Así, en algunos países, se crearon leyes para los pobres cuyo objetivo era ayudar a eliminar los obstáculos para la economía libre, facilitando la movilidad del trabajo, desalentando el excesivo crecimiento de la población y separando el residuo de pauperismo involuntario e irremediable.

Durante los últimos años del siglo XIX, se pusieron en práctica políticas más relevantes respecto a la pobreza, bajo la presión del aumento de la influencia política de los pobres y más tarde, ante la aparición de las economías socialistas planificadas más eficaces en la atención de la pobreza extrema.

A principios de este siglo, algunas de las leyes de los pobres desaparecieron, pero en muchos países socialistas y también en los países industriales avanzados fueron sustituidas por medidas ambiciosas de bienestar social junto con planes de desarrollo económico, como el "New Deal" del presidente norteamericano Roosevelt. Para esto influyó decisivamente que en los países democráticos, los pobres hayan adquirido importancia política como votantes o como revolucionarios.

Pero no fue sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial y con la fundación de las Naciones Unidas, cuando se ha visto a la pobreza como una situación antinatural y antidemocrática, una debilidad de la sociedad que demanda la igualdad para todos los ciudadanos. Aun en Estados Unidos, caracterizado por su pensamiento liberal, el Presidente Kennedy dijo en su discurso de toma de posesión, el 20 de enero de 1961: " Si una sociedad libre no puede ayudar a los muchos que son pobres, no podrá salvar a los pocos que son ricos".

En las siguientes décadas, a nivel mundial se observó alguna disminución de la pobreza que corrió al parejo con la instauración del Estado de Bienestar en los países capitalistas industrializados y que en los países socialistas casi significó la erradicación de la pobreza, o de al menos algunas de sus manifestaciones más evidentes.

Sin embargo, con las crisis económicas periódicas, el desmantelamiento del Estado de Bienestar y la puesta en práctica de políticas neoliberales que regresan a las concepciones decimonónicas de atender a la pobreza mediante la caridad y la filantropía y no como una función social del Estado, el desarrollo social alcanzado tiende a perderse y a aumentar la pobreza, que ahora se concentra en las grandes aglomeraciones urbanas en las cuales priva como nunca antes, la pobreza masiva urbana.

Actualmente, la mayoría de los países han buscan equiparar el nivel mínimo de bienestar de la población al de los estratos con mejores condiciones de vida; se trata de disminuir las desigualdades sociales mediante el establecimiento de programas de apoyo y de combate a la pobreza. Pero este enfoque ha resultado demasiado estrecho para erradicar la pobreza o por lo menos, para prestar una ayuda realmente valiosa a los sectores más necesitados,

Hoy la erradicación de la pobreza representa una prioridad global, inseparable del desarrollo socioeconómico y de la protección ambiental. Pero el número de pobres tiende a aumentar, sobre todo en los países con alto y rápido crecimiento demográfico combinado con estancamiento económico. Para 1993, se estimó que más de 1,300 millones de personas vivían en pobreza absoluta, la cual es definida por el Banco Mundial como equivalente a un ingreso menor a un dólar diario.

En México, tras más de veinte años de crisis económica recurrente siete personas poseen 20 mil 400 millones de dólares frente a 24 millones que viven en condiciones de pobreza extrema (13 millones en pobreza absoluta), tres de cada cuatro localidades se hayan en alta marginalidad y por lo menos el 40% de la población pervive en condiciones de pobreza. Los niveles de pobreza en México están por encima del promedio mundial.
Esto significa ignorancia y desinformación. Electoralmente implica que estos pobres tienden al abstencionismo y que si se incorporan a los procesos políticos son los más vulnerables al clientelismo, a la manipulación, a la compra de votos y en general, al fraude electoral.