Es una explicación de la conducta de actores políticos, que implica que cada actor responde a la conducta de los otros con movimiento preplaneados, de modo que la secuencia de las acciones tomadas no necesariamente reflejan motivaciones genuinas ni objetivos a largo plazo. Las reacciones pueden tomar formas similares o imitativas a las acciones que las originan o pueden ser diseñadas para enfrentar o compensar las capacidades del adversario. El fenómeno acción/reacción es a veces más complejo debido a las reacciones anticipadas a acciones que se piensa realizará el oponente. Según Crozier y Friedberg (El Actor y el Sistema), tras este concepto se halla presente la idea de un comportamiento estratégico que siempre presenta dos aspectos: uno ofensivo, que aprovecha las oportunidades con miras a mejorar su situación, y otro defensivo, que consiste en mantener y ampliar su margen de libertad y por ende su capacidad de actuar.
El término se originó en la tercera ley del movimiento de Newton: "a toda acción corresponde una reacción de igual intensidad y de sentido contrario" y se ha aplicado comúnmente para explicar cómo se comportan los estados durante una crisis internacional, como los sucesos que han conducido a la guerra o a la carrera armamentista durante la llamada guerra fría.
La idea de acción/reacción describe la conducta de los candidatos durante el periodo de una elección, que se hace más evidente cuando intercambian ataques en una cadena de agresión/defensa. En particular, las estrategias de las campañas deben considerar las acciones del candidato con relación a las posibles acciones y reacciones previstas de sus principales adversarios. En especial, las acciones de una campaña negativa, su contenido y oportunidad deben calcular las reacciones del oponente a quien se dirige, de la prensa y del electorado en general, pues estas reacciones determinarán su eficacia y que no se provoque el efecto de desvalido o de bumerán.
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