Se refiere al voto en blanco y al voto nulo. En el primer caso, el elector cumple con su deber ciudadano y manifiesta implícitamente apoyo al sistema político, pero también expresa un rechazo a las opciones de partidos, candidatos o programas que se ofrecen en una elección determinada. En el segundo caso, del voto nulo, no es posible ni siquiera imaginar si el votante trató de expresar algo (voluntario), o sólo fue resultado de su descuido o ignorancia (involuntario); sólo en lo que respecta al voto nulo voluntario puede suponerse que tiene un sentido de protesta, aunque todavía no existan medios que permitan identificar este voto.
Al contrario de los que se abstienen de votar, quienes votan en blanco o anulan su voto no cuestionan las elecciones, sino las opciones que se les presentan, lo cual en términos generales implica un cuestionamiento de los partidos, especialmente una protesta contra la partidocracia que tiende a alejarse de las necesidades y del sentir popular.
Votar en blanco o anular el voto no tiene sentido porque el puesto de todos modos será ocupado. Para que no sea así el voto en blanco, impugnado o nulo debe ser la consecuencia, el instrumento de un movimiento social, masivo, como ocurrió en Argentina con el peronismo proscrito o en Brasil cuando los estudiantes llevaron como candidato a Cacareco, el rinoceronte del zoológico, con grandes actos masivos, al que hicieron símbolo del ataque de corrupto a Adhemar Do Barros, porque argumentaban que era el único que no podía robar.
A pesar de sus dificultades, el estudio de la abstención activa arrojaría nuevas luces acerca del comportamiento de los electores. Particularmente para las campañas resulta importante el análisis de quienes anulan o dejan su voto en blanco cuando estos electores llegan a representar porcentajes tan significativos que en una competencia cerrada pueden marcar la diferencia entre vencedores y derrotados.
En Argentina, durante las elecciones de 2001 se emitieron 4 millones de votos en blanco y anulados. Para algunos expresó la decisión de decir basta a un modo de "hacer política basado en el amiguismo, el clientelismo, el favoritismo, la corrupción y un insano interés nacional definido en las 4 paredes de un local partidario... Esos 4 millones de ciudadanos fueron a apoyar a la democracia, pero seguramente no a esta clase política".
En México, los votos anulados representaron el 2.10% de los votos sufragados en las elecciones presidenciales del año 2000.
|