Es la conversión de las demandas políticas en cursos alternativos de acción concretos. Se trata de juntar a la gente que comparte visiones políticas similares para hacer posible la acción concertada. Este proceso puede ser realizado por los partidos políticos, la burocracia, los grupos de interés, los medios de comunicación de masas o los legisladores. Implica ensamblar las demandas relacionadas, pero imprecisas y desordenadas de los ciudadanos para darles un propósito político coherente, por ejemplo en materia de impuestos o en asuntos educativos.
Conforme al enfoque estructural funcionalista, la agregación es el método por el cual las demandas se convierten en insumos susceptibles de ser procesados por el sistema político antes de su conversión en productos, es decir, legislación, políticas, programas gubernamentales, reglamentos, etc.
En la lucha política, la agregación se refiere también a unir a la gente con intereses coincidentes o relacionados para comunicar sus demandas al sistema político de manera más efectiva y por lo tanto, con mayores probabilidades de que las autoridades respondan a esas demandas, por ejemplo, los deudores de la banca.
En sociedades grandes y complejas, las demandas de los individuos aislados probablemente no sean escuchadas. Sólo cuando la gente con intereses compartidos se reúne y organiza puede incrementar su eficacia política. De acuerdo con Almond y Powell (Política Comparada. Una concepción Evolutiva) una organización partidista está en posibilidades de incidir en la toma de decisiones, o de tener alguna influencia política, cuando además de desempeñar funciones de articulación y agregación de los intereses, puede convertir estas demandas en políticas públicas.
Durante las elecciones, las propuestas de los partidos y candidatos tratan de captar las demandas de los sectores mayoritarios del electorado para convertirlas en medidas específicas que puedan atraer el voto a las urnas.