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DESOBEDIENCIA CIVIL
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Es una doctrina que exige que el individuo actúe contra la ley y acepte el castigo de esta violación cuando cree que la ley es moralmente equivocada o políticamente injusta. Es una forma de resistencia pasiva del pueblo a un gobierno ilegítimo, tiránico, oligárquico, injusto o gravemente ineficaz. Consiste en actos pacíficos de desacato a las órdenes de la autoridad o de incumplimiento de los deberes legales del Estado. Implica infracción deliberada de las leyes. No siempre se produce contra el gobierno en su conjunto; puede ser contra alguno de sus actos, estimado injusto o contrario a las convicciones morales de la sociedad o de un grupo de ella.
La desobediencia civil puede presentarse como cualquier acto o proceso de oposición pública a una ley o a una política adoptada por un gobierno establecido, siempre y cuando la acción sea premeditada, el autor o autores tengan conciencia de que sus actos son ilegales o de discutible legalidad, ya sea llevada a cabo y mantenida para conseguir unos fines sociales concretos, con unos medios limitados y cuidadosamente escogidos.
No es suficiente el simple incumplimiento, sino que se requiere que la acción o la omisión sea públicamente proclamada. Los fines de la desobediencia civil deben ser formulados de modo que resulten moralmente legítimos para los observadores y el público.
Tiene que ser ilegal o, al menos, que así lo estimen los adversarios investidos de poder, y quien lo ejecuta debe tener conciencia de ello.
De las dos palabras que integran el término de desobediencia civil, la más ambigua es civil, ya que puede tener cinco significados:
1. Puede significar el reconocimiento de los deberes generales del ciudadano, legitimando así el orden jurídico vigente.
2. En sentido amplio, civil puede emplearse como antítesis de militar.
3. El término civil puede emplearse por oposición a incivil o incivilizado. La mayoría de las concepciones del civismo o del comportamiento más civilizado insisten en que la premisa esencial es el respeto debido a la inviolabilidad física de los demás, incluidos los adversarios.
4. Civil puede emplearse para diferenciar lo público de lo privado: "nosotros, como ciudadanos, actuamos públicamente".
5. Civil puede indicar que el objetivo de la desobediencia es introducir cambios en el sistema político que afectarían a las libertades, no sólo de ciertos individuos o grupos, sino a las de todos los ciudadanos.
Cuando existe conflicto de leyes, los actos de desobediencia pueden ser ilegales y legales al mismo tiempo. Los fines de la desobediencia civil deben ser públicos y limitados; deben guardar cierta relación con una concepción de la justicia o del bien común. No deben pretender la abolición completa del sistema jurídico vigente. Los objetivos que se proclaman deben desechar toda idea de destrucción física o moral de los adversarios, aunque se acepte en ocasiones cierto riesgo de violencia.
La desobediencia civil se distingue tanto del delito común como de la objeción de conciencia ya que, a diferencia del primero, no pretende ocultarse ni responde a motivos de cálculo personal; y, en contraste con la segunda, supone una rebeldía que no está permitida. Asimismo, es fácilmente distinguible de los fenómenos terroristas porque sólo excepcionalmente recurre a métodos violentos, incluso en casos de legítima defensa de la propia persona o de la de otros.
Sus acciones más comunes son marchas, manifestaciones masivas, huelgas, plantones, "tomas", "clausuras simbólicas", boycotts, etc., mediante las cuales se presiona al gobierno para que reforme leyes o modifique sus políticas.
En Estados Unidos, el término desobediencia civil fue popularizado por Henry D. Thoreau en 1848, que en su ensayo On the Duty of Civil Disobedience, publicado al año siguiente, sostenía que no se debían pagar impuestos a un gobierno con cuyas políticas uno no está de acuerdo (se refería a la esclavitud y a la guerra contra México); hizo pública su posición y su voluntad de aceptar las consecuencias de su decisión, esto es, ir a la cárcel. "Yo creo que deberíamos ser hombres primero y ciudadanos después. Lo deseable no es cultivar el respeto por la ley sino por la justicia. La única obligación que tengo derecho a asumir es la de hacer en cada momento lo que crea justo...Votar por lo justo es no hacer nada por ello...tan sólo expresar débilmente el deseo de que la justicia debiera prevalecer...Hay leyes injustas: ¿Nos contentaremos con obedecerlas o intentaremos corregirlas y las desobedeceremos hasta conseguirlo?... (Muchos) creen que si opusieran resistencia el remedio sería peor que la enfermedad...pero si (la enfermedad) es de tal naturaleza que os obliga a ser agentes de la injusticia, entonces os digo, quebrantad la ley...Bajo un gobierno que encarcela a alguien injustamente, el lugar que debe ocupar el justo es también la prisión."
Se puede atribuir a Sócrates el mérito de haber formulado las bases para la defensa de la desobediencia civil, pues sostenía que la única vida que merece la pena es la vida honrada, una vida dirigida a la búsqueda de la verdad, una vez descubierta; la justicia era para él un problema de conocimiento y, por consiguiente, un aspecto de la verdad; al mismo tiempo, conocía y cumplía su obligación de obedecer al Estado, porque creía que sólo puede existir un orden civilizado y, consecuentemente, unas personas civilizadas en una sociedad bien ordenada; y consideraba a las ciudades-estado griegas como la forma más perfecta de orden social conseguido hasta entonces.
En la declaración de Independencia de Estados Unidos; Jefferson asentó que si "cualquier forma de gobierno llega a ser destructiva de estos fines (las libertades) es derecho del pueblo alterarlo o abolirlo e instituir un nuevo gobierno".
De igual modo, William Seward señaló en 1850: "Hay una Ley más alta que la Constitución" y sus palabras se convirtieron en el grito de batalla de los abolicionistas en su lucha contra la esclavitud.
Ghandi fue uno de los máximos representantes de la desobediencia civil y estaba obstinado en la no violencia, debido al valor que él otorgaba a la fuerza moral y espiritual en su lucha contra el colonialismo inglés. La resistencia pasiva (satyagraha) es un método de asegurar los derechos mediante el sufrimiento personal, es lo contrario a la resistencia por las armas que es usar la fuerza del cuerpo. "Cuando me rehúso a hacer algo que es repugnante para mi conciencia, uso la fuerza del alma... si no obedezco y acepto la pena por esto, uso la fuerza del alma". Esto implica el sacrificio de uno mismo, que es infinitamente superior al sacrificio de los demás y no hace sufrir a otros por los errores. "La resistencia pasiva es una espada de todos los filos que puede ser usada de cualquier manera, bendice a quien la usa y contra quien se usa. Sin derramar una gota de sangre produce resultados trascendentes". Así, la Independencia de la India fue lograda sin violencia.
Martin Luther King Jr., otro gran representante de la desobediencia civil, decía que "un individuo que viola una ley que su conciencia le dice que es injusta, y que voluntariamente acepta la prisión para despertar la conciencia de su comunidad acerca de esa injusticia, expresa realmente el más alto respeto por la ley. Nunca hay que olvidar que todo lo que hizo Hitler en Alemania fue legal".
La desobediencia civil fue el método de lucha eficaz por los derechos civiles y en contra de la guerra de Vietnam.
Al margen de la acción revolucionaria, la desobediencia civil es el correctivo de las democracias que han perdido su legitimación clásica. La desobediencia civil tiene como el fin inmediato de demostrar públicamente la injusticia de la ley, con el propósito mediato de inducir al legislador a cambiarla.
Es un acto que apunta, en ultima instancia, a cambiar el orden establecido; es en resumen, un acto no destructivo sino innovativo. Se llama "civil" justamente porque quien la cumple considera no cometer un acto de trasgresión de su propio deber de ciudadano, sino que en todo caso, considera comportarse como buen ciudadano en esa circunstancia particular más bien desobedeciendo que obedeciendo.
Las circunstancias en que los partidarios de la desobediencia civil consideran que desaparece la obligación de la obediencia y debe ser reemplazada por la obligación de desobedecer, son sustancialmente tres: el caso de ley injusta, el caso de la ley ilegítima (emanada de quien no tiene el poder de legislar) y el caso de la ley inválida (o inconstitucional).
La desobediencia civil es solamente una de las situaciones en que la violación de la ley es considerada, por quien la cumple o hace su propaganda, éticamente justificada. Se desobedece porque la ley o la orden está en contra de un principio moral o religioso superior. Rawls la definió como una acción ilegal, colectiva, pública y no violenta, que apela a principios éticos superiores para obtener un cambio en las leyes.
De acuerdo a la acción de desobediencia, pueden presentarse diferentes situaciones:
a) Omisiva o comisiva, activa o pasiva: que consista en no hacer lo que se ordena (el servicio militar) o en hacer lo que está prohibido (no pagar impuestos).
b) Individual o colectiva, según que sea cumplida por un individuo aislado o por un grupo cuyos miembros comparten los mismos ideales;
c) Pacífica o violenta, es decir, cumplida con medios no violentos, y en general toda forma de huelga.
d) Revolucionaria, reformista o defensiva.
Los problemas más relevantes acerca de la desobediencia civil son: ¿quién decide cuando hay que desobedecer? ¿se justifica en una democracia que permite otras oportunidades y medios de acción política? ¿deben obedecerse las leyes sin considerar su contenido o propósito? ¿cuáles son las ventajas comparativas de desobedecer, obedecer pasivamente o manifestar violentamente un fuerte desacuerdo? ¿se contribuye así al caos y a la violencia?
En México, según una encuesta publicada en 1996 por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, el 29% de los encuestados piensa que el pueblo puede desobedecer las leyes si son injustas, especialmente los jóvenes (26 - 35) y los simpatizantes del PRI y del PRD.
Durante las elecciones, los partidos y candidatos pueden realizar, promover, apoyar o condenar actos de desobediencia civil para expresar o reforzar sus posiciones.
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