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DERECHA |
| Tendencia conservadora, enemiga de todo lo que implique un cambio, que propugna por el mantenimiento de la situación prevaleciente. Poca solidaria con los demás, defiende sus privilegios e intereses personales y de grupo. Es una actitud que denota satisfacción con el orden existente y por tanto deseos de mantenerlo, así como cierta relación sentimental con el pasado. La derecha por definición está en tensión dialéctica con la izquierda y varía con el tiempo a medida que varían las pretensiones de innovación de la misma izquierda, así la derecha se ha opuesto sucesivamente al liberalismo, al movimiento laboral, al socialismo, etc.; en la actualidad, tiende a favorecer la libre empresa tradicional, la propiedad privada, el capitalismo, el principio de autoridad, la fortaleza militar, el poder ejecutivo fuerte y el conservatismo cultural. La palabra adquirió significado durante la Revolución Francesa cuando en la convención de 1792, los girondinos, que aspiraban a una fórmula intermedia entre la monarquía y los planteamientos de la revolución, se sentaron a la derecha de la sala. En tanto que los que estaban en contra, los jacobinos, se situaron a la izquierda y pugnaban por la transformación total del régimen hasta sus últimas consecuencias, porque los cambios sociales y políticos fueran profundos y rápidos. Durante los debates comenzó a hablarse de los diputados de la derecha o de la izquierda. Otros estudiosos sostienen que estas denominaciones se deben a los lugares que ocuparon los conservadores e innovadores en el Parlamento inglés, antes de que se produjera la Revolución francesa. La teoría y la práctica política adoptaron esta clasificación y ahora el término derecha, se aplica a las personas, los partidos políticos, ideologías o grupo sociales que, aunque pueden estar a favor de algunas reformas, estiman que éstas deben realizarse paulatinamente, sin riesgos de ruptura. La derecha se caracteriza por su tendencia hacia el autoritarismo y a la represión, derivada de una concepción pesimista del ser humano que exige un esfuerzo constante por vencer sus debilidades mediante el orden y la disciplina. Concibe al poder político como factor de integración social y en el poder, controla duramente cualquier intento de protesta contra el "establishment". Se inclina por un poder fuerte, una disciplina rígida y por la concentración de ese poder en una minoría selecta por su origen, edad, educación, competencia técnica, y relevancia económica y social. Esta actitud es común entre las clases sociales dominantes que temen perder sus privilegios con un cambio. Hoy, dado el tono negativo del término, pocos se definen de derecha, se autodenominan de centro, o bien afirman que ya no tiene sentido hablar de derecha e izquierda. A veces se distingue entre derecha conservadora y reaccionaria. El objetivo estratégico de la primera es mantener intacta la organización del Estado sin que nada se modifique o cambie, sin embargo, a veces hacen algunas concesiones para mantener lo fundamental. En el segundo caso, los reaccionarios no se sienten satisfechos con la realidad vigente sino que desean establecer los mismas reglas económicas y políticas del pasado.  El término derecha es relativo y móvil, al igual que centro o izquierda, ya que están ligados entre sí y se definen en función de las condiciones que existen en determinado momento, de modo que su contenido político varía y lo que en un caso se considera de derecha puede serlo de izquierda en otro país o época histórica. Es decir, se es de izquierda respecto a una derecha determinada y viceversa. Sin embargo, siempre la derecha implica sometimiento y la izquierda emancipación, como ha señalado Bobbio.
Hoy, según Víctor Flores Olea, las derechas, con infinidad de modalidades han abandonado cualquier enfoque "igualitario" de la sociedad, insistiendo en las virtudes de un supuesto desarrollo que se desprendería del libre mercado y de las economías fincadas exclusivamente en la iniciativa privada, con tajante exclusión de la acción del Estado. Por el contrario, las izquierdas, también con variedad de modalidades, se distinguirían de aquellas por un enfoque "igualitario" de la sociedad, sosteniendo que para el logro de ese propósito resulta esencial la acción del Estado, capaz en principio de desprenderse de los intereses particulares y de sacar adelante un proyecto que persiga sostenidamente el amplio beneficio social. Por supuesto, no se trataría de que el Estado administre o controle por entero la actividad económica, sino de que intervenga cuando sea necesario, para equilibrar a los llamados "factores de la producción". |