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DECISIÓN PÚBLICA
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La teoría de la decisión pública supone que las decisiones políticas pueden ser entendidas como decisiones racionales de personas e instituciones que tratan de maximizar su autointerés. Esto es, considera que es inconsistente suponer que la economía está regida por acciones con motivos egoístas y la política por acciones altruistas.
Estudia la política con los métodos y supuestos característicos de la economía. Sus métodos son deductivos y se basan principalmente en el cálculo diferencial porque dependen del principio marginal, que establece que los cambios en una cantidad (la propensión a votar por el partido en el poder, por ejemplo) dependen de los cambios en otra cantidad ( el nivel de empleo, por ejemplo). Su ideal es formular un modelo teórico, deducir sus consecuencias y probarlo en la conducta observada.
Los supuesto característicos de la economía son: la unidad de análisis es el individuo, no el grupo ni las sociedades; la gente toma decisiones en situación de escasez, le gusta tener más que menos y sus preferencias reflejan una disminución marginal de sustitución entre dos bienes (si tiene que escoger entre A y B, sustituirá más Bs por A, a medida que tenga más A).
Con este enfoque se ha tratado de investigar cuestiones tales como por qué existen los grupos de interés y cuáles grupos de interés serían más fuertes que lo que su peso relativo en la población podría garantizar; cómo puede predecirse la popularidad de los partidos con base en el estado de la economía (ciclo político de los negocios); las propiedades actuales y potenciales de los sistemas de votación y la conducta racional de los actores políticos dentro de un sistema particular de votación.
La aplicación de enfoques económicos a la política ha estudiado la manera de maximizar las ventajas de las decisiones y de encontrar analogías entre la toma de decisiones políticas y las económicas. En este contexto se enmarca la teoría de la decisión racional respecto al comportamiento de los votantes en las elecciones. |
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