Se aplica al estratagema de aplicar sólo tanto poder como sea absolutamente necesario para alcanzar un objetivo político, pero nunca tanto como para inducir un contraataque. El concepto se originó del juego de bridge que consiste en poner una trampa con una carta más baja (en tanto se conserva una más alta) con la esperanza de que el adversario tenga una carta intermedia de ese conjunto.
La sutileza política es muy importante en las campañas cuando se ataca indirectamente a los opositores, de modo que éstos no puedan responder abiertamente so pena de quedar como rijosos.
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