Es un signo, un objeto, un acto o una persona, que tiene un significado más amplio que en su acepción literal y se usa para comunicar una idea, un sentimiento, un concepto o un conjunto de ellos. La gente acepta y aprende que los símbolos representan mucho más de lo que originalmente expresan.
Los símbolos son el centro de los sistemas culturales con los cuales se construye el pensamiento, las ideas y otras formas de representación de la realidad. La vinculación del símbolo con su referente no siempre es arbitrario, puede estar motivado por una asociación de atributos como en el caso de la corona que se utiliza para encarnar a la monarquía.
Clifford Geertz, destacado antropólogo norteamericano dedicado al estudio de las culturas, afirma que la conducta humana es fundamentalmente simbólica y por tanto cargada de significado.
Las palabras, en sentido estricto, no son más que simples sonidos o señales que sólo si se combinan de acuerdo a un orden especial, tienen un significado particular, en tal caso, representan códigos de comunicación, al igual que ciertos movimientos corporales como los gestos o ademanes. A menudo las prácticas religiosas y los ritos sociales u otro tipo de actos son simbólicos; asimismo, algunos objetos como las banderas, simbolizan sentimientos de patriotismo y de unidad nacional.
La propaganda hace una amplio uso de los símbolos como una especie de "taquigrafía" emocional, mediante la cual se recapitulan instantáneamente en el receptor todos los conocimientos, experiencias y sentimientos previos ligados a esos símbolos, es decir, se produce un reflejo condicionado, esto es, una respuesta emocional predecible que ocurre involuntariamente. Desde esta perspectiva, los símbolos pueden ser clasificados como de identificación (que etiquetan personas y grupos), de integración (que tratan de asimilar más miembros al grupo o convocan a adoptar la conducta de ese grupo) y de agitación (que llaman a la acción).
Entre los símbolos políticos están los slogans de los partidos políticos, sus logotipos, los dibujos o figuras como la svástica de los nazis o la hoz y el martillo de los comunistas, instituciones como la ceremonia de toma de posesión de un ejecutivo, actos de participación política como los discursos dados por el líder del partido o procedimientos oficiales como los informes que rinde un presidente a su congreso.
Las campañas electorales están llenas de simbolismos: cuándo, en dónde y con quién se anuncia una candidatura; en dónde, con qué y con quién se hace la campaña, a quién se dirige y qué tipos de actos se realizan; cómo se "ambientan" estos actos, la manera de contactar a los electores, cómo se ataca a los opositores y cómo se reacciona ante los ataques, cómo se comporta el equipo del candidato y en general, todo acto de la campaña, no sólo los colores, los slogans y los logotipos, pueden simbolizar para quién gobernará un candidato, qué relación podrá llegar a entablar con los distintos grupos y ciudadanos, y qué tipo de liderazgo tratará de ejercer si es el elegido.
|