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ELECCIONES PRIMARIAS

Son elecciones internas mediante las cuales los electores deciden los candidatos que serán nominados por un partido político para competir por los cargos públicos en una elección general que se avecina. Se trata de que sean los propios miembros e incluso, los simpatizantes de un partido quienes escojan a los candidatos que postule el mismo.

Una de las principales funciones de los partidos en una democracia es la nominación de candidatos, la cual puede realizarse por un pequeño grupo, un comité de dirigentes, una convención de delegados de las unidades que forman el partido, o bien, mediante elecciones primarias.

Las primarias son importantes porque la selección de los candidatos es un factor determinante del posible triunfo electoral, ya sea porque el nominado enfrentará una lucha con opositores fuertes, o porque será el seguro ganador si el partido domina en la división electoral a la que corresponda la elección.

Las primarias se originaron en Estados Unidos a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX comenzaron a utilizarse a nivel presidencial. Fueron el resultado del movimiento Progressive cuyo propósito era restaurar el derecho del pueblo a gobernarse a sí mismo y de combatir las prácticas antidemocráticas y la corrupción de las maquinarias y jefes políticos que controlaban las nominaciones, por medio de otorgar a los electores la decisión final en la selección de los candidatos. Se debilitó así la injerencia de la organización partidista, de quienes ocupan puestos públicos relevantes y de los grupos de interés en la selección de los candidatos que presentan los partidos.

Hay dos categorías básicas de elecciones primarias; "abiertas" y "cerradas". A las primeras pueden concurrir libremente todos los electores, independientemente de su filiación partidista; así, involucran al proceso de nominación de candidatos a los electores no partidistas, los cuales son un factor de moderación, ya que se piensa que los electores partidistas tenderán a votar por candidatos con una ideología más radical que la suya; sus desventajas son que debilitan la lealtad al partido, erosionan la disciplina de sus miembros que ya ocupan un puesto de elección popular a quienes no pueden amenazar con no volverlos a nominar, y permiten la intrusión de electores ajenos al partido.

Las elecciones primarias "cerradas" en cambio, sólo admiten el voto de los electores formalmente afiliados al partido que las realiza, así como de los simpatizantes que declaran expresamente su fidelidad al mismo y su compromiso de votar por el candidato que resulte vencedor en las primarias. En ambos casos, las personas así escogidas, asumen las candidaturas partidistas en los comicios generales y enfrentan a los candidatos de los otros partidos.

Las primarias cerradas son las más comunes y fortalecen a los partidos porque exigen a los electores que se identifiquen con ellos para poder participar en la selección de los candidatos, y así estimulan que la gente opte por un partido en lugar de permanecer independiente. Se promueve de este modo la unidad, regularidad y la responsabilidad partidista. Además evitan que los miembros y simpatizantes de partidos rivales influyan a favor del candidato más débil para restarle oportunidades de triunfo. Pero también impiden que los electores independientes participen en la conformación de las opciones de votación y que ejerzan su libertad de escoger de nuevo, en cada elección, al partido que prefieran.

Las elecciones primarias pueden ser directas si los electores escogen a los candidatos, o indirectas, si eligen delegados que seleccionarán a los candidatos en una futura convención. Los delegados pueden votar conforme a las preferencias de quienes los eligieron o libremente, según señalen los estatutos de los partidos. Si están obligados a votar de acuerdo con la voluntad de los electores, ésta puede definirse por mayoría relativa, en la cual un solo ganador obtiene todos los delegados; o bien por representación proporcional, en la cual se ganan delegados a partir de un porcentaje determinado de votos.

Las personas que desean figurar como precandidatos pueden inscribirse para participar en la elección primaria por diversos procedimientos, que van desde la simple declaración de voluntad del interesado, la nominación en una convención previa, o una solicitud firmada por un cierto número de electores.

Las elecciones primarias pueden ser organizadas en su totalidad por el partido interesado o pueden ser controladas por el derecho público y sometidas a restricciones de la misma manera que cuando se trata una elección general, de modo que la cuestión de quién está calificado para votar en las elecciones primarias puede ser materia de los estatutos y reglamentos de los partidos o materia de la legislación electoral.

La votación en las elecciones primarias es mucho menor que en las elecciones generales y obviamente, entre más fuerte sea un partido atrae a un mayor número de electores; de igual modo, los partidos fuertes disponen de más precandidatos, dadas las mayores posibilidades de ganar la elección general.

Los candidatos nominados mediante una primaria no son necesariamente quienes tienen las mayores posibilidades de obtener la victoria en las elecciones generales, pues quienes votan en las primarias pueden no ser representativos de los principales grupos de electores que participarán en la elección general. Además, los candidatos pueden ser debilitados por las campañas primarias que con frecuencia dividen a los partidos, de modo que quienes apoyaron a los perdedores ya no voten a favor de los triunfadores en las elecciones generales.

Las primarias son "la contribución más original de América al arte de la democracia". En Estados Unidos, desde 1890, existen elecciones primarias, generalmente indirectas, dirigidas por funcionarios públicos y financiadas con fondos también públicos; participan en ellas los electores registrados que declaran ante la autoridad apoyar al partido de que se trate, o bien en el caso de primarias abiertas, todos los electores que quieran hacerlo. Las primarias no son cuestiones internas que atañen a los partidos únicamente, sino son responsabilidad de las autoridades electorales y sus resultados deben ser aceptados por los partidos.

Dada la cobertura de los medios, las elecciones primarias han aumentado su importancia, ya que de la presencia pública y de los fondos que se logren en las etapas iniciales depende no sólo la nominación, sino posiblemente, ganar el cargo en disputa en las elecciones generales.

Según Trent y Friedenberg (Political Campaing Comunication), en Estados Unidos existen cinco funciones que desempeñan las elecciones primarias: la primera se relaciona directamente con los candidatos y las cuatro últimas con el electorado.

a. Para los candidatos, las primarias son una fuente de retroalimentación, del sentir de los electores acerca de sus campañas, de la organización que tienen que reunir, de la competencia de los equipos, de los esfuerzos de recolección de fondos, de la resistencia física; en síntesis son una prueba de sus fuerzas y debilidades como campañistas.

b. También las primarias pueden ofrecer a los electores la información necesaria para un ajuste o reajuste cognitivo. Las imágenes son muy fácilmente adquiridas por los votantes durante las primarias, porque tienen la oportunidad de ver y escuchar sobre bases de primera mano, cómo los candidatos se manejan verbal y no verbalmente. La información que reciben ayuda a definir o a reajustar sus opiniones. Estas primeras impresiones ganadas durante la etapa primaria tienden a permanecer a lo largo de la campaña general. Esto permite a los votantes crear lo que el teórico comunicólogo Samuel L. Becker llamó un "modelo de mosaico de la comunicación", aprender pedazos de información y luego arreglar esos "pedazos" dentro de un patrón cognitivo nuevo o reforzado.

c. La tercera función es involucrar a muchos ciudadanos en el proceso democrático. El involucramiento en el proceso político puede tomar un número de formas diferentes. Por ejemplo, una persona puede involucrarse en una acción política abierta al participar en actividades tales como recolectar dinero para los candidatos, o votar. Otras actividades posibles de involucramiento también pueden ser en el nivel de interacción social: la política da a la gente una variedad de tópicos o asuntos para la discusión. Una tercera forma de involucramiento es la interacción parasocial, esto es, la interacción con los mensajes dados por la radio, la televisión, los periódicos, los folletos y así sucesivamente. Finalmente el involucramiento puede consistir en la reflexión y examen de las ideas o percepciones propias acerca de las prioridades económicas o sociales, a la luz de la posición o plataforma de un candidato determinado.

d. Los candidatos hacen promesas acerca de lo que harán si los eligen; algunos prometen poco, otros todo, pero pocos las cumplen una vez que asumen el puesto. Los electores tratan de sacar promesas de ayuda y asistencia. La promesa arrancada durante las elecciones primarias tiene una mayor probabilidad de que se cumpla, en virtud de la proximidad física en la cual fue articulada y del hecho de que fue dada a individuos específicos, o grupos pequeños de individuos, no a un auditorio amorfo y grande o a una cámara de televisión impersonal.

e. Finalmente, los electores tienen la oportunidad de definir a los verdaderos "punteros", o contendientes que van adelante en la nominación, más allá de lo que dicen los medios masivos; a pesar de que las opiniones de los electores acerca de los candidatos son volátiles porque se basan más en impresiones que en información y éstos son menos conocidos y aun no reciben el apoyo de sus partidos. No obstante la influencia que los medios masivos han ejercido por años en el autocumplimiento de sus profecías, ha habido un número considerable de casos en que los electores, no los medios, han determinado quienes son los candidatos serios.

Muchos políticos profesionales y líderes de partido odian la etapa de las elecciones primarias porque no constituyen una lucha genuina, sino una pelea dentro de la familia del partido, una pugna que puede resultar sucia, ya que facciones diferentes dentro de la familia compiten una con otra. Además, las primarias pueden agotar a los candidatos, dejándolos psicológica y emocionalmente exhaustos justo antes de la más importante batalla: la elección general. Asimismo, los ataques y contraataques de los candidatos y sus equipos, con frecuencia dotan de parque a los partidos opositores, el cual puede ser usado por sus campañas durante la elección general. También, quienes votan en las primarias tienden a no ser representativos no sólo del público en general, sino incluso de los partidos. Y aunque se reconoce que son una forma de selección de candidatos más democrática, es innegable que las primarias cuestan mucho dinero.

En México, las elecciones primarias son un fenómeno reciente, pues han predominado otros métodos de selección de candidatos, como las convenciones en las que participan delegados, y con mayor frecuencia, las decisiones de grupos reducidos y aun de personas, como el Presidente de la República ("dedazo"), seguidas de una avalancha de apoyos a favor del designado ("cargada"). En consecuencia, de las elecciones primarias se espera tanto un medio de evitar prácticas antidemocráticas, como una manera de escoger candidatos con mayor sustento popular y por lo tanto, con mejores posibilidades de ganar en las condiciones de alta competencia electoral que parecen caracterizar el México actual. Sin embargo, aun no está claro si las elecciones primarias serán una máscara más para ocultar con nuevas formas de manipulación decisiones oligárquicas o cumplirán su papel democratizador de la vida interna de los partidos.