| INDEPENDIENTES |
| Se denomina así a los electores que no votan por un candidato atendiendo a su afiliación partidista, sino por el principio de la "persona idónea", es decir, consideran la capacidad del candidato para resolver los problemas. De acuerdo con algunos estudios de comportamiento electoral los votantes independientes son los más apáticos en materia de participación política. A pesar de que los independientes son criticados por no contribuir al proceso democrático canalizando su participación por la vía de los partidos políticos, ellos siempre son cortejados por los propios partidos porque su voto puede ser decisivo en determinar el resultado de las elecciones, sobre todo en las elecciones para presidente. Por otra parte, debido a la importancia del tamaño de la población de votantes independientes, los partidos se ven obligados a enfocarse sobre asuntos muy precisos en sus campañas políticas. Para algunos analistas, la condición de independiente es muy relativa porque la gente siempre tiene una predisposición hacia un partido u otro. Salvo en condiciones en que existe una posición plenamente mayoritaria o "segura" para un partido, la principal estrategia de las campañas se dirige a los electores indecisos o independientes, ambos caracterizados por su escaso o nulo apego a algún partido. La proporción alta de este tipo de electores revela la incapacidad de los partidos políticos de cumplir su función de agregación e integración de intereses dentro del sistema político, o su falta de actividad permanente en los periodos inter-electorales para afiliar y organizar a sus partidarios potenciales. En estas condiciones, los candidatos independientes constituyen la salida democrática al fracaso de los partidos.  Entre mayor sea esta proporción de electores sin apego a un partido en una división electoral, mayor incertidumbre existirá acerca de los resultados electorales y más relevancia pueden tener las propuestas y los candidatos; sin la orientación y resistencia de la identificación partidista, las campañas incrementan sus posibilidades de persuasión y de convertirse en el factor decisivo del triunfo o la derrota en las urnas; y aunque la identificación partidista predomine entre el electorado, en elecciones muy competidas, el voto de un número reducido de electores indecisos e independientes puede ser decisivo para determinar los resultados. Esta es la razón por la que toda campaña debe disponer de una estrategia para tratar con este tipo de electores.En Estados Unidos la cantidad de votantes independientes ha crecido en los últimos años, se calcula que un tercio del electorado es independiente. Prueba de ello es que en 1992, Ross Perot, quien contendió por la presidencia como candidato independiente logro un apoyo considerable entre el pueblo norteamericano. En este caso, las candidaturas independientes representan un medio de mayor apertura a la acción ciudadana, puesto que limitan el monopolio de la actividad electoral a que tienden los partidos políticos y que, a veces, estimula la apatía y el abstencionismo de los electores al presentarles candidatos quizás atractivos para sus militantes, pero ajenos al electorado en general. |