Son las cuestiones políticas que afectan directamente el ingreso disponible de los electores, por ejemplo la tasa de inflación y la tasa de interés hipotecario. Se supone que los electores están atentos en lo que está pasando con su ingreso y su poder de compra. La gran mayoría de la población, descubrió el político bostoniano Martín Lomasney , están interesados en sólo tres cosas: comida, ropa y techo.
Cuando existe depresión o inflación, las cuestiones de bolsillo cobran prioridad sobre temas ideológicos más abstractos y pueden ejercer mayor influencia que las personalidades de los candidatos.
Pero tampoco la bonanza por sí sola, garantiza la permanencia en el poder, ya que algunos candidatos pueden perder las elecciones a pesar de que la gente considere que su partido ha logrado manejar exitosamente la economía.
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