Es un mínimo de votación (8% por ejemplo) que requiere obtener un partido para tener derecho a ocupar un asiento en los órganos legislativos. La barrera crea cierta iniquidad porque los escaños disponibles sólo se reparten entre los partidos que sí rebasan esa barrera (más del 8% de la votación total, por ejemplo), con lo cual se fortalece a los partidos mayoritarios. Se trata de una especie de freno a la proliferación y sobrevivencia de partidos minoritarios, los cuales tienden a desaparecer cuando al fracasar electoralmente pierden presencia en la vida política y esto motiva el desaliento de sus seguidores que terminan por desertar.
Para algunos, las barreras electorales inhiben la oposición política y el debate parlamentario de todas las fuerzas políticas, al no considerar a todas las minorías por pequeñas que éstas sean; para otros, evitan que se pulverice la representación y se haga más difícil la formación de mayorías.
Barrera legal o mínima y umbral mínimo son sinónimos de barrera electoral.
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