Es una sección de un grupo más grande, de un partido o de un movimiento político. Una facción tiene una identidad separada de un grupo más amplio, sin poseer normalmente un status organizacional formal aparte de la organización más grande. Los objetivos que persigue se distinguen de los de la organización más grande a la que pertenece y pueden incluir un conjunto separado de políticas; la promoción de una estrategia política o electoral particular; una posición ideológica distintiva, etc. En todos los partidos políticos existe, en mayor o menor medida, una lucha de facciones que crece durante la nominación de candidatos; lo importante es que una vez tomadas las decisiones, se mantenga la cohesión suficiente para enfrentar unidos la competencia electoral.
En general, el concepto se aplica a cualquier coalición de individuos reclutados, en nombre de un individuo en competencia con otro individuo o coalición. Las facciones compiten por el honor y el control de los recursos y su focus central es el líder, quien ha reclutado a la facción.
El término facción a menudo tiene una connotación peyorativa: así, cuando un gobierno quiere desprestigiar a un movimiento armado de carácter revolucionario lo califica como "facción" y a sus integrantes como facciosos. El propósito es minimizarlos en cuanto a su número y el interés muy particular que persiguen.
En la historia política inglesa, se denominó facción a cualquier grupo cuyos motivos para apoyar una acción dada eran inherentemente sospechosos debido a que suponían la búsqueda de su autointerés, como opuesto al bienestar de la comunidad como un todo. James Madison en el Federalist se refirió a las facciones como cierto número de ciudadanos, de cualquier cantidad desde una mayoría hasta una minoría del todo, quienes están unidos y actúan por algún impulso común de pasión o de interés, adverso a los derechos de otros ciudadanos, o a los intereses agregados y permanentes de la comunidad.
Se llama faccionalismo a la competencia entre facciones por recursos escasos o poder.
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