Es el oscurecimiento deliberado de la percepción de las noticias. Un esfuerzo por controlar la reacción política ante un hecho o acontecimiento. Controlar la noticia significa manipular los medios noticiosos para contener, desviar o minimizar un escándalo al descubierto u otras revelaciones políticamente embarazosas o dañinas, por ejemplo, el caso Clinton - Lewinsky. El propósito es ganar en la "corte de la opinión pública" con base en el supuesto de que no son los hechos los que generan los puntos de vista de la gente, sino más bien, la manera en que son presentados. El problema de torcer la noticia es obtener credibilidad. Al respecto, se aconseja nunca dejar un vacío a la prensa sino siempre dar una versión propia, no dejar un ataque o mala información sin contestar, ganar la ofensiva y poner en la defensiva al atacante, resaltar más lo futuro que el error pasado, etc.
El concepto tiene su origen en el término inglés "spin a yarn" que significa contar un cuento increíble. En Estados Unidos, durante la campaña presidencial de 1984, la palabra entró al léxico político como "spin doctor", para nombrar a la docena de mujeres y hombres que vertían opiniones confidenciales entre los reporteros a favor de sus respectivos candidatos después de un debate. A partir de entonces, se definió como "spin doctors" a los consejeros que hablan a los reporteros y tratan de dar su propia versión o análisis de lo sucedido para hacerlo más atractivo o al menos aceptable a los electores potenciales. En el fondo, son manipuladores y potencialmente, desfiguradores de los hechos.
El esfuerzo de torcer la noticia más evidente en las campañas, sigue teniendo lugar después de un debate entre candidatos, cuando los "doctores" tratan de influir a la prensa acerca de quien lo ganó, pero también puede darse después de otros actos, como ataques o hechos embarazosos puestos al descubierto.
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