Es un término acuñado por Sartori (Homo Videns, La Sociedad Teledirigida) para referirse a cómo se está transformando el hombre por efecto de la televisión y de las redes de información (Internet) al cambiarse la primacía de la palabra por la primacía de la imagen.
A pesar del extraordinario desarrollo de los medios de comunicación, se lamenta Sartori, los ciudadanos no están mejor informados ni más educados y el nivel de lectura ha descendido. La nuevas generaciones son atraídas por las imágenes, frecuentemente vacías y absurdas, de manera pasiva, sin ejercer algún tipo de pensamiento abstracto o conceptual, lo cual es grave porque la capacidad simbólica es la que comprende todas las manifestaciones de la cultura y se manifiesta a través del lenguaje, que si bien es un medio de comunicación, es sobre todo un instrumento para pensar. Los conceptos políticos de igualdad, libertad, legitimidad, justicia, derecho, por ejemplo, sólo pueden comprenderse mediante el pensamiento abstracto, no son traducibles a imágenes. La televisión excluye los conceptos y produce imágenes, anula la capacidad de abstracción y de entendimiento.
Los medios de comunicación no son neutrales, objetivos e imparciales, sirven a los intereses de sus propietarios, quienes seleccionan, tamizan, modifican y tergiversan los hechos, de modo que el pueblo opina en función de cómo le induce a pensar la televisión. Hoy el poder de la imagen está en el centro de la política actual. De ahí que los medios televisivos se hayan convertido en el principal grupo de presión, el cual guarda una relación simbiótica con los políticos profesionales, en la que ambos se necesitan y refuerzan mutuamente, unos para transmitir información y propaganda, otros para obtener nuevos beneficios del poder político. En este sentido, se puede hablar de una "sociedad teledirigida".
Lo más grave para Sartori es que "mientras la realidad se complica y las complejidades aumentan vertiginosamente, las mentes se simplifican y nosotros estamos cuidando a un niño - video que no crece, un adulto que se configura para toda la vida como un niño recurrente...la televisión produce un efecto regresivo en la democracia, debilitando su soporte"...así, el animal racional que ha sido el hombre se convierte en el "homo videns".
|